El embarazo gemelar siempre ha producido gran interés y, clasificando las diferentes maneras en las que se puede manifestar, podemos clasificarlos en dos tipos: los dicigóticos o fraternos, que representan el 70% del total, y los monocigóticos, alrededor del 30%.
En ocasiones los gemelos monocigóticos no se separan por completo y se producen los llamados gemelos unidos o conectados. Éstos pueden ser clasificados según la región anatómica que los une; desde dos individuos bien desarrollados, independientes y simétricos, unidos tan sólo por una pequeña conexión superficial, hasta los que están representados sólo por porciones de cuerpo mutuamente adheridos o incluidos en un huésped más desarrollado.
El proceso de desarrollo de los siameses ocurre por un error en la división de las células de los embriones monocigóticos, es decir, gemelos producto de un mismo óvulo y un mismo espermatozoide. La división de los embriones de unos gemelos normales ocurre normalmente en los primeros diez días después de la fecundación; con los siameses esta división de embriones ocurre más tarde, más o menos sobre el día decimotercero. Este retraso hace que no se dividan correctamente y compartan órganos. Mientras más tarde sea la separación más órganos compartirán.
Éste no es un defecto genético sino una mutación durante la gametogénesis o el desarrollo poscigótico. Por lo tanto, los padres y generaciones previas no presentan dicho carácter. Por otra parte, hay ocasiones en donde estos gemelos siameses pueden ser separados por medio de intervenciones quirúrgicas, dependiendo de la índole de la unión entre los individuos.
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